La noche del lunes 8 de abril, Rhoyer Hernández, un camarero dedicado, perdió la vida mientras cumplía con su turno habitual en el establecimiento Jet Set, en Santo Domingo. Su jornada de trabajo, que no estaba destinada a celebrar, terminó trágicamente, marcando el fin de una vida de compromiso y dedicación.
Reconocido por su trato amable y eficiente, Hernández, apodado “El camarero de las Buenas Atenciones”, había trabajado en el restaurante Jalao y en el Jet Set durante varios años. Su esposa, Jennifer Montero, lo describió como un hombre alegre y comprometido, especialmente con su papel como padre. “Rhoyer amaba su trabajo y siempre estaba dispuesto a ayudar”, expresó Jennifer.
Justo antes de la tragedia, Rhoyer había disfrutado de un día en familia celebrando su cumpleaños, acampando y compartiendo momentos felices. Sin embargo, tras el colapso del Jet Set, Jennifer inició una búsqueda frenética por hospitales, solo para recibir la desgarradora noticia de su fallecimiento. “No podía creerlo”, compartió con tristeza.
A los 33 años, Rhoyer deja atrás a su hijo de ocho años, quien aún no logra comprender la magnitud de la pérdida. La muerte de Rhoyer ha dejado una huella profunda en su comunidad, recordado como un profesional de excelencia y una persona solidaria que siempre estará en los corazones de quienes lo conocieron.
