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Luisa María Taveras

13 de abril de 2025
Luisa María Taveras

Santo Domingo, República Dominicana. “Se fue mi princesa”, gritó una madre entre sollozos, mientras el ataúd de su hija, Luisa María Taveras, de 31 años, descendía al sepulcro.

El silencio del camposanto fue roto por ese clamor maternal que aún retumba entre los familiares y amigos que acudieron a despedirla, tras convertirse en una de las víctimas fatales del colapso del techo de la discoteca Jet Set, tragedia que ha conmocionado a todo el país.

El dolor fue evidente desde que el cortejo fúnebre partió desde la humilde vivienda familiar hasta el cementerio. Cada paso era una súplica, cada lágrima una historia compartida. La madre, sostenida por vecinos.

Luisa María había acudido al emblemático centro nocturno la madrugada del lunes 8 de abril, acompañada de amistades, para disfrutar de la música del merenguero Rubby Pérez, sin imaginar que sería su última noche.

El colapso estructural, ocurrido minutos antes de la 1:00 de la mañana, cobró la vida de al menos 226 personas. Ella fue una de ellas.

En la comunidad donde creció, su partida ha dejado una herida profunda. Vecinos relataron que era alegre, trabajadora y solidaria, una joven que siempre estaba pendiente de los demás. Su repentina ausencia ha puesto de luto a un barrio entero, que aún no encuentra palabras para explicar lo ocurrido.

A partir de esta tragedia, familias como la de Luisa María deberán aprender a vivir con el vacío. El rostro de su madre, aferrada al féretro, se convirtió en un símbolo del dolor compartido por decenas de hogares dominicanos marcados por este siniestro.

Mientras tanto, el país continúa esperando respuestas claras y acciones firmes por parte de las autoridades. Las víctimas, como Luisa María Taveras, merecen más que homenajes; merecen justicia.

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