
El merenguero Rubby Pérez comparte emotiva historia sobre su burro Ignacio durante charla sobre su retiro soñado.
Durante una conversación íntima sobre su retiro ideal entre sembradíos y la brisa de montaña, el reconocido merenguero Rubby Pérez sorprendió al revelar una conexión muy especial con Ignacio, un burro que formó parte fundamental de sus días en el campo.
En la entrevista ofrecida al comediante Carlos Sánchez, Rubby definió a Ignacio como “mi mejor amigo”, una frase que pronunció con evidente ternura y orgullo.
El artista, conocido por su trayectoria en la música, abrió su corazón para hablar de este singular compañero, que más que un animal de finca, era considerado parte de su familia.
Ignacio no era un burro cualquiera. Según relató Rubby Pérez, había sido criado con un entrenamiento especial para no dañar los cultivos y era capaz de seguirlo por toda la propiedad rural. “Él me sigue donde quiera que yo vaya, dentro de la finca”, expresó entre risas y con un tono nostálgico que dejaba entrever lo significativo de ese vínculo.
El merenguero, con su característico sentido del humor, también mencionó que Ignacio tenía fama de semental, detallando que era aficionado a las yeguas y padre de varios mulos. Este dato lo compartió con picardía y con el orgullo típico de alguien que valora profundamente la vida sencilla del campo.
Rubby Pérez hablaba de su retiro como un espacio de paz, naturaleza y libertad, donde pudiera estar rodeado de lo que más amaba: su tierra, su música y la compañía de seres tan especiales como Ignacio. Este recuerdo adquirió aún más valor para sus seguidores, ahora que el país llora su partida.
La historia del burro Ignacio no solo refleja una parte íntima de la vida del artista, sino también su apego a las raíces y al entorno rural que tanto lo llenaba. Para Rubby, Ignacio fue símbolo de lealtad, compañía y cariño en un escenario lejos de los reflectores, donde lo esencial era suficiente.
Este relato permanece como un testimonio cálido y humano del legado de Rubby Pérez, quien supo encontrar belleza en lo simple y compartir con su público no solo su voz, sino también sus memorias más personales y auténticas.

