
El proceso judicial en torno al fallecimiento de Yennely Duarte Hilario ha vuelto a experimentar un estancamiento tras una nueva postergación de la audiencia preliminar.
La sesión, que debía desarrollarse recientemente en el Distrito Judicial de Sánchez Ramírez, fue pospuesta para el 16 de junio, debido a la ausencia del equipo de defensa de la imputada.
La acusada, recluida en el Centro de Corrección y Rehabilitación Rafey Mujeres, rechazó ser representada por una abogada del Ministerio Público, insistiendo en su derecho a contar exclusivamente con sus defensores habituales. Esta negativa impidió que el tribunal avanzara en la presentación de pruebas ni se pronunciara sobre la posibilidad de apertura a juicio de fondo.
A la complejidad del caso se suma una recusación presentada por la defensa contra la magistrada encargada, argumentando falta de imparcialidad. Esta acción fue recibida con preocupación por parte de los familiares de la víctima, quienes ven en estas maniobras una forma de retrasar intencionalmente el proceso.
Mientras tanto, la causa sigue sin presentar pruebas ante el tribunal y los parientes de Duarte Hilario, junto con activistas de derechos humanos como Rebeca Enríquez, denuncian el estancamiento como un reflejo de impunidad. La espera continúa, sin una fecha concreta para el inicio del juicio de fondo, en un proceso marcado por dilaciones y tensión.