
El caso que ha estremecido a toda la nación, en el que se acusa a Jesús Alberto Camacho Decena de abusar y asesinar al niño Ángel José Mercedes Mora, de 9 años, sigue siendo un tema de profundo dolor y reflexión en República Dominicana.
La Dirección General de Servicios Penitenciarios ha informado que el imputado intentó quitarse la vida mientras cumplía prisión preventiva en el Centro de Corrección y Rehabilitación Najayo Hombres. Aunque su estado es estable, sigue bajo observación médica.
Este trágico intento de suicidio ha reavivado el sufrimiento de la comunidad afectada y ha encendido el debate sobre la protección de los derechos de la niñez y las responsabilidades familiares.
En medio del dolor, también han comenzado a circular cuestionamientos sobre las condiciones en las que vivía el menor y el papel que desempeñó su madre en su vida. Algunos vecinos señalaron que se intentó evitar que el niño saliera solo a las calles, pero al parecer, él frecuentemente se exponía sin supervisión, lo que ha generado inquietud en la comunidad.
Aunque estos señalamientos aún no han sido confirmados oficialmente, la sociedad exige una investigación más profunda que no solo se enfoque en el autor del crimen, sino también en el entorno en el que el niño vivía.
La preocupación pública es evidente: ¿cómo se permitió que un niño tan vulnerable estuviera en una situación de riesgo tan grave?
De acuerdo con el informe del Ministerio Público, Camacho Decena convenció al niño para que lo acompañara a un picapollo, desde donde lo trasladó en motocicleta a una zona boscosa, entre los sectores Asise y Montaño, donde ocurrió el crimen.
Esta versión ha sido confirmada por la confesión del imputado, así como por pruebas audiovisuales y testimonios obtenidos durante la investigación. El juez dictó tres meses de prisión preventiva mientras continúa el proceso judicial. La comunidad, junto con el país entero, sigue clamando por justicia y exigiendo una reflexión sobre la responsabilidad colectiva en la protección de la niñez.
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