Santo Domingo – La incertidumbre crece en torno al caso de Sudiksha Konanki, la joven de 20 años que lleva más de diez días desaparecida.
Mientras las autoridades dominicanas se preparan para conocer un habeas corpus preventivo interpuesto a favor de Joshua Riibe, la última persona en verla con vida.
La Cámara Penal de la jurisdicción de Higüey tomará una decisión en las próximas horas, en medio de un proceso que sigue generando especulaciones y teorías sobre lo que realmente ocurrió.
El reconocido abogado Carlos Balcácer ha señalado que la situación legal de Riibe parece insostenible y que todo apunta a que enfrentará una medida de coerción, posiblemente una prisión preventiva.
Según el experto, la estrategia de la defensa, basada en su derecho a guardar silencio, podría estar jugando en su contra.
La ausencia de respuestas claras ha generado más dudas sobre su posible implicación en el hecho, lo que ha llevado a las autoridades a analizar otras hipótesis, descartando el ahogamiento accidental como única explicación.
En medio de la controversia, ha surgido una interrogante crucial: ¿por qué las investigaciones han tomado un giro más contundente? De acuerdo con Balcácer, la relación de la procuradora Jenny Berenice Reynoso con el Departamento de Estado de EE.UU. y la Embajada norteamericana ha permitido manejar el caso con mayor presión internacional.
Se especula que, si la desaparecida fuera una dominicana, el proceso habría seguido un camino distinto. Sin embargo, al tratarse de una ciudadana estadounidense de origen indio, el interés del gobierno norteamericano ha acelerado la urgencia por esclarecer lo ocurrido.
La imagen del país como destino turístico también está en juego. La desaparición de una joven universitaria en circunstancias aún confusas proyecta una sombra sobre la seguridad de los visitantes extranjeros.
Las autoridades han insistido en que la investigación sigue abierta y que se están explorando todas las posibilidades, desde un posible accidente hasta un evento de mayor gravedad.
Otro elemento que ha generado inquietud es la actitud de Riibe tras la desaparición. Según testimonios y análisis de videos, se le vio en la playa con Konanki, pero posteriormente fue captado solo, sin dar aviso inmediato a las autoridades sobre su ausencia.
Su decisión de acogerse al derecho a no responder ha sido interpretada como una estrategia riesgosa, pues en este tipo de casos, las contradicciones y omisiones pueden ser utilizadas en su contra.
Desde la Embajada de EE.UU., hasta el momento, no ha habido un pronunciamiento contundente sobre el curso de la investigación, lo que ha generado aún más preguntas sobre el nivel de involucramiento diplomático en el caso.
Mientras tanto, el Ministerio Público evalúa los próximos pasos, considerando desde una retención judicial en un hotel hasta una posible detención formal.
A medida que avanza la investigación, la presión pública y el interés internacional siguen creciendo, exigiendo respuestas sobre el paradero de Sudiksha Konanki.
Con la audiencia de habeas corpus en puerta, el caso podría tomar un giro definitivo en las próximas horas.
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